miércoles, 11 de abril de 2012


Generando confianza de adentro hacia afuera.

Las empresas están cada día bajo “referéndum”, ya sea ante sus consumidores, accionistas, comunidades, gobiernos, etc. Son evaluadas por lo que se espera de ellas versus lo que se considera que es su desempeño real. Mientras más grande es la brecha entre los dos, mayor es la falta de confianza.
Las empresas, con sus ofertas publicitarias contribuyen a generar las expectativas de los consumidores. Estas giran principalmente alrededor de la calidad de productos y servicios a los precios más bajos. Pero también existen expectativas acerca de su conducta empresarial. Por ejemplo, cada día mas consumidores no solo se preocupan por la calidad del producto, sino también por cómo fue producido y el manejo de sus impactos ambientales y sociales.
Los resultados del Barómetro de Gobernabilidad de Iberoamérica 2011 realizado por CIMA en 2011, reflejan que en El Salvador la confianza en la empresa privada es muy baja (28%) comparada con un 82% en la iglesia. Si bien es cierto, los sindicatos, la asamblea, partidos políticos, policía y corte suprema se ubican con niveles menores de confianza, las empresas no pasan del nivel que este estudio etiqueta como rojo (bajo).
En el último Foro Económico Mundial en Davos. La firma internacional de comunicaciones Edelman presentó su 12ª edición del Barómetro de Confianza (Trust Barometer) que examina la confianza en 4 instituciones claves: gobiernos, empresas, prensa y ONGs. Se destaca que, aunque las empresas están brindando servicios y productos innovadores, las áreas en las que se están quedando cortas son de naturaleza más social. De los encuestados, 64% considera es importante que una empresa trate bien a sus empleados para construir confianza en ella, sin embargo solo un 27% considera que las empresas realmente trata bien a sus empleados.
Prestar atención a las políticas laborales y el ambiente interno en una empresa es clave. Aunque no se les designa oficialmente como tales, los empleados son embajadores y voceros de las empresas que gozan de credibilidad por su conocimiento vivencial de la organización.
Más y más empresas están adoptando prácticas de Responsabilidad Social Empresarial. Pero decir que se “hace RSE” implica sostener una gestión integral que comienza con gobernabilidad, público interno, sus impactos ambientales, mercadeo, proveedores, la comunidad y la participación en las políticas públicas.
Aunque las acciones hacia la comunidad son las más visibles, las prácticas que inician en casa, con el buen trato a su personal y el manejo de los impactos ambientales son las que brindan mayor credibilidad, a pesar de no ser tradicionalmente tan visibles. Es por ello que son más creíbles, porque normalmente no se realizan para ser vistas.
Una empresa que realiza donaciones de material educativo y hasta campañas publicitarias acerca de sus acciones filantrópicas, pero tiene un mal trato al empleado, crea una disonancia cognitiva. Esta  brecha que existe entre lo que se es, lo que se cree que se es, y la que otros creen que uno es.
El reto de las empresas de construir confianza se alcanza con una conducta corporativa consistente con sus mensajes, por medio de la adopción de la RSE en su significado completo, comenzando en casa  
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Artículo publicado en la Revista BUSINESS de AmCham El Salvador, Marzo 2012.